Finalmente pudo dejar de llorar.
Su padre, el marqués conde de Clarence, tosió.
—Le pido disculpas. No sabía que lo pasaría tan mal.
Su familia pensó que ella había estado llorando por su castigo.
Jihyun respondió con calma:
—Para nada. Me lo merecía por lo que hice.
La verdad era que no tenía idea de qué había hecho para recibir el castigo.
Bueno, sea lo que sea, estoy seguro de que estaba equivocado. como tirar un montón de cosas caras o intimidar a uno de los sirvientes.
Daba un poco de vergüenza hablar de ella, pero su temperamento era realmente peculiar. ¿Y qué si era guapa como una muñeca si su personalidad era así?
Pero al menos no he hecho nada que sea demasiado problemático, ¿verdad?
Corría el año 283 según el calendario imperial. A sus dieciséis años, aún no había cometido ningún delito grave.
Todavía no he cometido ningún error. Así que todavía puedo cambiarlo todo.
Viviría feliz con su amada familia y no repetiría su primera vida. Esa fue la resolución de Jihyun.
Mientras tanto su familia la miraba extrañada.
¿Qué fue lo que la hizo cambiar?
Actuaba de forma completamente distinta a lo habitual. No había ni rastro de irritación en su comportamiento, y su tono era dulce. Además, esta calma no se parecía en nada a lo que uno esperaría de una joven de dieciséis años. Alguien podría haber pensado que era una persona completamente diferente.
¿Diez días fueron demasiado para ella? El Marqués Earl se preguntó si había castigado a su hija con demasiada severidad. Pero antes de esto, sin importar el castigo que le diera, no estaba herida, y mucho menos arrepentida.
Fue agradable verla sentada tan tranquilamente, pero algo le molestaba.
Probablemente volverá a ser la misma de siempre pronto, ¿no?
Su rostro adoptó una expresión amarga.
Sería lindo que se mantuviera así de dulce, pero no pensó que duraría más que unos pocos días.
Era su hija, pero a pesar de su bonito rostro, tenía un carácter terrible. Por mucho que la regañaran o le enseñaran, nada la ayudaba.
¿La veré madurar antes de morir?
Se sintió frustrado.
Pero en ese momento no tenía idea de lo rápido que su deseo se haría realidad.
Su hija Elise se convertiría en una persona completamente diferente a partir de ese día.
⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰
—Yo haré el resto, Marie.
—E-está bien…
—No, es más fácil si lo hago yo mismo. Ya tienes muchas otras tareas. Adelante.
La criada, Marie, sospechaba de la identidad de la muchacha que tenía delante.
No podría ser otra persona ¿verdad?
Pero esa linda cara de muñeca tenía que ser la de Elise.
—Ah, y gracias por el pastel de antes.
Marie se sorprendió de nuevo. Elise jamás expresaría gratitud por su orgullo.
Ella es realmente Lady Elise, ¿verdad?
Marie recordó los cambios que había notado. Era como si Elise se hubiera transformado de la noche a la mañana.
Incluso se disculpó con nosotros.
Lady Elise hizo algo increíble después de almorzar con su familia.
¡Buscó a las personas que había abusado en el pasado y se disculpó!
Todos aceptaron sus disculpas con sorpresa, pero nadie pensó que realmente hubiera cambiado. Fue solo un capricho momentáneo, y volvería a sus horribles hábitos. Al fin y al cabo, la gente no cambia tan fácilmente.
Pero Lady Elise realmente había cambiado después de eso.
Ella ya no hace berrinches y es considerada con los sirvientes…
Marie observó el rostro de Elise.
Ayer incluso le dio dinero a Hans para el tratamiento de su madre después de enterarse de que estaba enferma.
Eso no fue todo.
Ella le dio un regalo a María, otra sirvienta, después de descubrir que estaba embarazada, e incluso consiguió medicamentos para Eunice, que era propensa a enfermarse.
No era necesario entrar en detalles sobre cuán conmovidas estaban las personas que recibieron la generosidad de Lady Elise.
¿Habrá podido un ángel apoderarse del cuerpo de su señoría?, pensó la aún joven Marie.
Era cierto que cuando la bella Elise sonreía, sentíamos como si un ángel estuviera sonriendo.
Si un ángel ha poseído a Lady Elise, Por favor no vayas a ningún lado y quédate aquí.
Eso era lo que Marie deseaba.
La actual Señora Elise era tan amable y buena que Marie podía servirla para siempre.
⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰
Ah, el tiempo.
Jihyun estaba escribiendo algo, pero se puso de pie después de ver la hora.
Había pasado un mes desde que regresó al cuerpo de Elise. Ahora que se había acostumbrado un poco a su vida, recientemente había comenzado algo: ser filial.
—Padre, soy yo, Elise.
Entró en el estudio de su padre después de llamar a la puerta.
—Ejem. ¿Eres tú?
Sí. Debes estar pasándolo mal con todo este trabajo. Pensé que estarías cansado, así que preparé un té.
—Ejem, ejem.
Al principio no hacía gran cosa. Simplemente preparaba el té de su padre a mano, preparaba postres de vez en cuando, acompañaba a su madrastra, etc.
Eran cosas pequeñas, pero cuidar a los padres comienza, después de todo, con el corazón.
En mi última vida no pude ser filial aunque quise.
Solo después de su muerte se dio cuenta de lo valiosos que eran sus padres, pero ya era demasiado tarde. Así que, durante su vida como Jihyun Song, deseó desesperadamente momentos como este.
—¿Qué pasa, padre?
Elise miró a su padre confundida por la cara incómoda que estaba poniendo.
—Ah, no… Me hiciste té…
Ella esperó que él continuara.
—Es muy bonito, ejem, pensar que bebería el té que preparó mi propia hija—. Su padre se aclaró la garganta después de decir eso.
Parecía que le conmovía recibir por primera vez ese tipo de atención filial de su hija.
Al ver eso, Elise se conmovió.
Era sólo té.
Lo prepararé a menudo de ahora en adelante. No, ahora haré cosas aún mejores para ti.
¿Te gusta el té?
¡Sí! Está bueno. Ni siquiera el té del palacio imperial sabe tan rico. ¿Cómo lo preparaste?
El marqués no mentía. El té preparado por su hija no era peor que el de las doncellas imperiales. No, era mejor.
—Estudié un poco aquí y allá.
Ella pensó para sí misma: Bueno, no es una mentira.
En su primera vida, estudió de todo para conquistar el corazón del emperador, amante del té, tras convertirse en emperatriz. No fue gran cosa, pero considerando que aprendió en el palacio imperial, era casi una experta.
Puede que no haya tenido la oportunidad de preparar té en su segunda vida como cirujana, pero afortunadamente, sus habilidades no parecen haberse oxidado.
—Me voy entonces. No te esfuerces demasiado, padre.
La voz del marqués tenía un deje de pesar.
«Ah… Puedes quedarte un rato más».
—Para nada. Si me quedo, estorbaré. Nos vemos en la cena. Trabaja duro, padre.
Y luego, cerró la puerta cuidadosamente detrás de ella.
El marqués se quedó mirando la puerta cerrada durante un largo rato.
Pensó para sí, conmovido, al pensar que nuestra hija ha cambiado tanto. Ella incluso cuida la salud de su padre.
Normalmente, los niños nos alegran con solo mirarlos. Imagínense lo feliz que le hacía tener a su hija tan filial.
Saboreó el té que le había dejado su hija, tomando pequeños sorbos, como si temiera que esa felicidad se desvaneciera.
⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Makku
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