Capítulo 31
Parte 1 — Banquete de cumpleaños
Así terminó el tratamiento del príncipe heredero, y finalmente llegó el día anterior al banquete de cumpleaños.
Todo Londo se volvió un torbellino de preparativos para el banquete de cumpleaños, que duraría una semana.
Incluso la Clínica Teresa cerró durante esa semana, manteniendo únicamente su puesto de ayuda abierto para atender a pacientes en estado crítico, así que Elise pudo tomarse unas vacaciones a pesar de ser una aprendiz.
—Querido, ¿qué te parece este conjunto? ¿Se ve bien?
—Te ves bien con todo lo que te pongas, mi amor.
—Ya basta. Ven a verlo de cerca.
—Ejem, pero en serio te ves bien con todo. No sé qué esperas que te diga.
—¡Lo dices solo porque no quieres ayudarme! ¡Anda, ven a verlo!
—P-pero de verdad te ves hermosa con todo…
Incluso la madrastra de Elise, quien normalmente no mostraba interés alguno en los banquetes, se preparaba emocionada con su vestido. Aquella escena hizo que Elise sonriera con satisfacción.
Sus padres siempre habían tenido una buena relación.
Esta vez los protegeré pase lo que pase.
En su vida pasada, su madrastra había muerto por una enfermedad. Pero eso no ocurriría esta vez. Elise estaba segura de ello.
Aún no es el momento en que se desarrolla su enfermedad. No la dejaré pasar, cueste lo que cueste. Recordó su vida anterior. Faltaban algunos años para que su madrastra cayera enferma.
Justo en ese momento, su hermano menor, Chris, la llamó.
—Lise, ¿no te estás preparando?
—Sí. Planeo ponerme el vestido que tenía en la mira desde hace tiempo.
—¿Sí? —Chris ladeó la cabeza. Su hermana solía andar emocionada por toda la finca en cada banquete de cumpleaños, pero esta vez parecía apática.
Elise realmente no tenía ningún interés en el banquete de cumpleaños. No, era incluso peor que desinterés: no quería ir. ¿Qué sentido tiene? No pasa nada bueno.
Olvidando cualquier cosa buena, el banquete de cumpleaños cuando tenía dieciséis años había sido horrible.
Ese fue el banquete donde se anunció su compromiso con el príncipe heredero del imperio. En ese momento no sabía que sería el comienzo de una tragedia.
Había otra razón por la que no quería asistir al banquete: Tengo que estudiar para el examen.
El examen para obtener la licencia médica estaba a la vuelta de la esquina, solo dos semanas después del banquete. Aunque tenía conocimientos médicos de la Tierra, no podía descuidar el estudio.
Debo estudiar la diferencia entre la calidad del conocimiento médico moderno y el de aquí. Es posible que respuestas válidas en la Tierra no lo sean aquí.
Quería dedicar su tiempo a estudiar, pero no tenía suficiente.
Iré solo a hacer acto de presencia y luego volveré a casa a estudiar, pensó, como una nerd.
—¿En qué piensas, Lise?
—Ah, en nada.
—¿Hmm? —Chris se encogió de hombros—. De todos modos, has estado algo pálida últimamente. ¿Estás bien?
Le tocó suavemente la frente.
—¿Oh? Parece que tienes fiebre.
Elise ladeó la cabeza. ¿Fiebre?
—Estoy bien. No te preocupes.
—No, es sospechoso que también estés pálida. Es bueno esforzarse, pero, ¿no te estás sobreexigiendo?
—No, está bien. En serio estoy bien —Elise negó con energía ante la preocupación de Chris—. Mira, estoy bien.
—No, necesitas descansar. Deja los libros y vete a acostar a tu habitación —le cerró el libro de medicina que estaba leyendo.
—Chris, en serio estoy bien. Entraré después de leer un poco más.
—¡No!
—¿Hermano? ¿Sí? ¿Por favor?
Se aferró al brazo de su hermano con ternura, pero Chris era muy estricto en estas cosas.
—¡Definitivamente no! Hoy vas a descansar. Tu cuerpo ya es bastante débil. ¿Y si te enfermas?
Terminó siendo arrastrada a la cama.
—En serio estoy bien…
—Eres una buena chica, ¿verdad, Lise? Me llevo estos libros, así que hoy tienes que descansar sí o sí. ¿De acuerdo?
Con una sonrisa amable, Chris confiscó todos los libros apilados en su habitación. Era el tipo de comportamiento firme que uno esperaría de alguien conocido en el Ministerio del Interior por su eficiencia.
Al final, Elise se vio obligada a tomarse un descanso y suspiró.
Supongo que sí me he estado esforzando demasiado.
Después de volver a casa del hospital por la tarde, había estado estudiando hasta el amanecer. Ni siquiera un hombre promedio habría podido soportar ese ritmo.
Sería mentira decir que no estaba cansada. La verdad, llevaba unos días sintiéndose mareada.
Aun así, me exigía mucho más en la Tierra. En su segunda vida, el volumen de trabajo que tuvo como interna y residente fue absurdo. Hubo veces en que durmió un total de tres horas en tres días (sin exagerar), y una vez trabajó dos días seguidos sin probar bocado.
No era la única. Todos los médicos en Corea pasaban sus días de internado y residencia de esa forma.
Aun así, estaba aguantando bastante bien. Este cuerpo es mucho más débil que cuando era Jihyun Song. Me enfermo con facilidad.
Cerró los ojos.
Me sentiré mejor después de dormir un poco. Hora de dormir.
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Se sentía peor.
—Ah…
Elise gimió al abrir los ojos.
Duele. Tengo fiebre… Su cuerpo entero se sentía caliente y frío a la vez, un síntoma típico de fiebre. Le dolía la cabeza y estaba mareada.
¿Qué será? ¿Un simple resfriado? ¿Una infección respiratoria alta?
Parecía que el sobreesfuerzo le había causado dolores corporales.
Ah, pero tengo que ir al banquete de cumpleaños hoy. ¿Por qué justo hoy?
Suspiró.
Ese día era el primero de los festejos del banquete de cumpleaños. Como noble de alto rango residente en la capital, tenía que asistir sí o sí.
Justo entonces, alguien tocó la puerta y Chris entró.
—¡Lise! ¿Estás despierta? ¿Cómo te sientes? Es hora de prepararse —dijo Chris con voz amable, pero su rostro se endureció al ver la palidez de su hermana.
—¿Lise?
—Ah… sí.
Chris le tocó la frente de inmediato y se sorprendió. ¡Tenía una fiebre terrible!
—¡Dios mío! ¡Espera aquí!
Salió corriendo y Elise se recostó de nuevo, con la mirada borrosa.
Duele…
Un momento después, Chris volvió con el médico de la casa. Su padre, el Marqués Earl, también llegó con ellos.
—¡Elise!
El rostro del Marqués Earl se tensó al ver a su hija.
Elise le sonrió levemente como queriendo decir que no se preocupara.
—E-estoy bien…
Pero aquella imagen solo la hacía parecer más enferma y encendió una llama en el corazón del marqués.
—¡Malditos sean esos bastardos de la Clínica Teresa! ¿Cuánto la hicieron trabajar?! ¡Van a ver después del banquete! ¡Les voy a cortar el sueldo a todos! ¡Y ese tal Graham será despedido!
Podría ser un canciller respetado y un noble ejemplar que encarnaba la noblesse oblige, pero la verdad era que valoraba profundamente a su familia. Apretó los dientes.
—Permítame examinarla.
El médico se acercó a Elise.
Ella le dio su impresión médica inicial.
—Por mis síntomas, parece una infección respiratoria alta.
Los ojos del médico brillaron al oírla. Había usado el término médico exacto.
—Permítame echar un vistazo —dijo y procedió con una revisión sencilla.
Su temperatura era de 38.7 grados. Él asintió.
—Sí, tal como dijo la señorita Elise, parece ser una infección respiratoria alta.
—¿Está bien?! —¿Está bien? —preguntaron su padre y hermano al unísono.
El médico sonrió ante sus rostros preocupados y respondió:
—Sí. Una infección respiratoria alta es como un resfriado. Estará bien con suficiente descanso. Sin embargo, recetaré algunos medicamentos para aliviar temporalmente el dolor de la fiebre. Asegúrense de que los tome.
El médico se retiró.
Elise tomó el medicamento y se dio cuenta de que eran analgésicos y antipiréticos. La fiebre no debería subir, ¿verdad? Tengo que mejorar después de tomarlos.
El Marqués Earl habló con firmeza.
—Elise.
—¿Sí?
—Quedas prohibida de ir al hospital desde ahora.
—¿¡Qué!?
¿Qué quería decir con eso?
—Estás así de enferma por ir al hospital. ¡¿Cómo una niña tan frágil quiere ser doctora?! Ya sabía yo que esto pasaría. ¡Absolutamente no!
Había olvidado por completo lo feliz que se había puesto al escuchar los elogios que había recibido su hija en el hospital unos días atrás, y se enojó de esa manera.
—N-no, padre. Esto es porque me he esforzado demasiado estudiando. El hospital no me está exigiendo en lo absoluto. Prometo que no volveré a enfermarme.
—¡No importa! ¡Absolutamente no!
Elise intentó calmar a su padre, quien mostraba un lado totalmente opuesto a su expresión severa.
—Prometo que no volveré a exigirme nunca más. No me enfermaré tampoco, así que por favor no te enojes, padre. ¿Sí? ¿Por favor? ¿Papá? ¿Mm?
Solo con ese esfuerzo adorable logró calmar a su padre.
Desde su lado, su hermano le preguntó preocupado:
—¿Podrás asistir al banquete de cumpleaños, Elise?
—Tengo que hacerlo.
—Creo que te estás forzando…
—Estoy bien. Y aunque no lo estuviera, aún así tendría que ir.
No era un día cualquiera. Era el primer día del festival. Además, no era una noble cualquiera. Era la hija de la casa más prestigiosa del imperio, la Casa Clarence. A menos que colapsara y terminara hospitalizada, tenía que asistir.
Pero su padre fue firme.
—No tienes que ir. ¿Quién se atreverá a criticarte si yo, el Marqués Earl, digo que mi hija está enferma?
—Padre…
—Incluso si Su Majestad Imperial dice algo, yo me haré responsable.
Fue una declaración llena de amor y preocupación.
Elise le sonrió con felicidad.
En mi vida pasada, solo me mostró su severidad.
No había podido experimentar este tipo de felicidad en el pasado, lo que hacía que ahora fuera mucho más preciada. No pensaba soltarla por nada.
—Estoy bien. Me sentaré tranquila hasta que Su Majestad termine su discurso, y luego volveré a casa. Aún soy demasiado joven para hacer algo más en el banquete.
Su padre y hermano, como canciller y alto funcionario del Ministerio del Interior respectivamente, sí tenían deberes oficiales durante el banquete, pero Elise no.
En mi vida pasada, estuve ocupada tras ser anunciada como prometida, pero esta vez no.
No era la protagonista del banquete de cumpleaños esta vez. Solo tenía que asistir en silencio y luego regresar.
Eso pensaba.
Pero había algo que Elise no sabía.
Lo que ocurriría en ese banquete de cumpleaños y lo que lograría… ni siquiera se lo imaginaba.
Lo que haría sería un “accidente mayúsculo” que nadie hubiera podido prever.
⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰
—¡Larga vida a Britia!
—¡Larga vida a la casa imperial de Romanov! ¡Larga vida a Su Majestad Imperial, el emperador Minchester de Romanov!
Las calles bullían con el festival.
Los ciudadanos de Londo vitoreaban por la carne, la cerveza y el vino gratis proporcionados por la familia imperial. Estaban disfrutando su propio festival, completamente aparte del banquete en el palacio imperial.
—Todos parecen estar disfrutando.
—Porque hoy es un gran día. Chris, escuché que fuiste clave en los preparativos esta vez. Trabajaste duro.
—Para nada. Tú trabajaste más, padre. El Ministerio de Finanzas ha estado especialmente difícil últimamente por la Expedición de Crimea.
El canciller y el funcionario del Ministerio del Interior se halagaban mutuamente en la carroza.
—¿Y Lenne?
—Hermano mayor dijo que iría directamente al salón del banquete tras sus asuntos con los caballeros. Parece estar muy ocupado últimamente por las discusiones sobre la Segunda Expedición de Crimea. La situación ha cambiado desde que Fransoienne conquistó la parte noroeste de Aphrikiana.
—Ya veo.
Padre e hijo discutían sobre asuntos de Estado durante el trayecto.
Mientras tanto, la madrastra de Elise la miraba con preocupación.
—¿Estás bien, Elise?
—Sí, madre.
—Vuelve directamente a casa después de que Su Majestad termine su discurso. Yo regresaré contigo.
—Deberías quedarte y disfrutar del banquete un poco más, madre. Lo has estado esperando.
—No, ¿de qué sirve el banquete si tú estás enferma?
—Estoy realmente bien. Solo es un resfriado, así que no hay de qué preocuparse.
Después de un rato, la carroza llegó al salón del banquete.
Elise descendió con ayuda de su hermano. Aunque sintió un repentino mareo al tocar el suelo, no lo demostró.
—No te fuerces, Lise, ¿sí?
—Sí, lo entiendo. No te preocupes por mí. Concéntrate en tus asuntos.
—¿Asuntos? ¿Qué asuntos?
Elise sonrió y respondió:
—Siempre estás solo. Deberías aprovechar este banquete y conocer a una buena chica. Aunque madre y padre no digan nada, han estado esperando, ¿sabes?
—¡Elise, tú—!
Chris se sonrojó ante la petición de su hermana, pero su madrastra intervino.
—Sí, Elise tiene razón. Tú y Lenne no muestran ningún interés en las mujeres. Los demás hablaban de amor desde mucho antes que ustedes. El trabajo está bien, pero no se enfoquen solo en eso.
—M-madre.
—Ejem, sí, yo también estoy de acuerdo. Cuando tenía tu edad, era increíblemente popular.
La marquesa lo miró con ojos entrecerrados.
—¡Querido!
Era difícil de imaginar ahora, pero se decía que el Marqués Earl fue todo un donjuán en su juventud. Claro, no había forma de saber si era cierto.
—Ejem, de todos modos, tú y tu hermano mayor están demasiado desinteresados en el romance… ¿Cuándo veremos nietos?
—Sí, padre… —respondió Chris, desanimado.
Después de que todos se rieran a gusto, entraron al salón del banquete.
—¡Anunciando a la Casa Clarence!
El anunciador presentó su entrada con voz fuerte, y todas las miradas del salón se volvieron hacia la casa más prestigiosa del imperio.
—Ha llegado el canciller.
—El joven que lo acompaña es Sir Chris, quien será el próximo vicepresidente del Ministerio del Interior. ¿Y la hermosa dama que los acompaña?
—¿Cómo que quién? Esa es Lady Elise.
—¡Ah! ¿La que todos esperaban que creciera para convertirse en la mayor belleza de Britia? Es tan hermosa como decían.
Todos observaban a Elise.
Y tenían razón: era verdaderamente hermosa. Con su cabello blanco platino, piel nívea, ojos azules que brillaban como gemas, y un vestido claro que resaltaba su elegancia, parecía una muñeca o un hada salida de un cuadro.
Estaba pálida por la enfermedad, pero eso, combinado con su cuerpo pequeño, le daba un encanto delicado.
La gente la contemplaba con asombro.
Elise les respondió con una leve sonrisa. Una sonrisa tímida que aumentaba aún más su belleza.
Mientras recibía todas las miradas, pensaba:
Ya quiero irme a casa. Odio los banquetes. Preferiría estar en cirugía.
En su vida pasada, ya había tenido suficiente de los banquetes. Comida, bebida, charla, hombres, baile… ¡Todo tan superficial!
Operar en una sala quirúrgica era verdaderamente satisfactorio y emocionante.
¡La tensión entre la vida y la muerte! ¡La satisfacción de salvar una vida!
Eso no podía dejarlo atrás.
⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Matrone Scan
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