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Doctora Elise (NOVELA) - Capítulo 34

Capítulo 34

 

Parte 1 – Banquete de cumpleaños – 4

 

Damas elegantemente vestidas, abundante comida, vino dulce… había incontables elementos que hacían hermoso a un banquete, pero el más destacado de todos era el baile.

 

Un dúo en el que un joven y una dama danzaban al compás de una música suave no era simplemente movimiento, sino emoción, historia y arte.

 

Y justo en este momento, en el centro del gran salón del banquete imperial, otra obra de arte estaba tomando forma.

 

—Ohh, ¿Su Alteza Imperial?

 

—¿De verdad es Su Alteza?

 

Todos miraban al centro del salón con asombro.

 

El príncipe heredero imperial, Linden de Romanov, estaba bailando con alguien.

 

—¿Hace cuánto que Su Alteza no baila?

 

—No creo haberlo visto bailar recientemente. Fascinante.

 

—¿Pero quién es esa dama?

 

—Parece ser la hija del canciller Clarence.

 

Todos en el salón los observaban atentamente.

 

—De cualquier modo —murmuró alguien—, es hermoso.

 

Una voz embelesada dijo: —Nunca imaginé que este baile pudiera ser tan hermoso.

 

Las palabras representaban el pensamiento de todos los presentes.

 

Sí, hermoso. Una canción suave con un ritmo ligeramente acelerado. El liderazgo cortés pero poderoso del hombre, y la joven del vestido claro que lo seguía con fluidez. El baile era formal pero gentil, llamativo pero contenido.

 

—Es verdaderamente hermoso.

 

—Su Alteza siempre ha sido famoso por ser un buen bailarín, pero la joven también es bastante impresionante.

 

—Concuerdo. Creo que ni siquiera ha celebrado su ceremonia de mayoría de edad.

 

Todos, tanto hombres como mujeres, observaban su baile con asombro.

 

—De todas formas, es difícil bailar así sin estar en sincronía. Hacen una excelente pareja.

 

—¿Verdad? Están completamente coordinados. Es increíble.

 

Bailar no era un esfuerzo individual. La pareja debía estar en armonía. Ellos bailaban como si lo hubieran hecho durante mucho tiempo. En perfecta sincronía, como amantes predestinados.

 

—¿No habían bailado antes juntos?

 

—Vaya, lo dudo mucho. No hay forma de que una pareja baile tantas veces sin ser novios o comprometidos.

 

—¿Quién sabe? Ella es la hija del Marqués de Clarence, tal vez ya se conocían.

 

—Oh, tienes razón. ¿Entonces crees que la prometida que será anunciada hoy es Lady Elise de Clarence?

 

Las damas nobles compartían sus conjeturas.

 

Y no estaban del todo equivocadas. Tal vez no para el príncipe, pero no era la primera vez que Elise bailaba con él.

 

Después de todo, habían estado casados en su vida anterior.

 

⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰

 

Mientras la gente observaba, Lady Elise de Clarence cayó en una profunda reflexión. Hacía mucho que no bailaba con Su Alteza.

 

Prometida, princesa heredera y emperatriz. Había sido un amor unilateral, pero pasaron nueve años como pareja.

 

Él odiaba bailar, pero había ocasiones en las que, como príncipe heredero, debía hacerlo, y ella siempre fue su pareja.

 

Su liderazgo no ha cambiado. Su baile aún reflejaba su personalidad.

 

Serio y contenido, pero poderoso. Un baile perfecto, como cabía esperar de un príncipe moldeado bajo la etiqueta imperial, pero difícil de seguir.

 

Me esforcé tanto por seguirle el paso. Después de ser humillada en su primer baile juntos, había practicado hasta sangrar por los pies. Quería ser su pareja ideal de baile para que él la notara. Pero eso ya es pasado.

 

Se sintió amarga al recordar todo aquello.

 

Bueno, hoy es una ocasión especial. No debería haber otra oportunidad para bailar con él así.

 

No sabía por qué le pidió bailar hoy; él nunca lo hacía si no era absolutamente necesario. Y además, ya no había nada entre ellos.

 

Da igual. Me duele la cabeza. Solo quiero irme a casa.

 

Justo entonces, la música se intensificó y su liderazgo cambió de pronto.

 

¡Se volvió más brusco!

 

—¿En qué estás pensando? —su voz tenía un leve matiz de irritación.

 

—En… cualquier cosa.

 

En ese momento, la mano del príncipe heredero bajó repentinamente a su cintura.

 

Elise inhaló con sorpresa.

 

Él la atrajo hacia sí y murmuró en voz baja:

 

—Concéntrate.

 

—O-okay…

 

Ba-dum. Aunque no sentía nada, tal vez por la repentina cercanía… su corazón tembló al sentir su mano en su cintura, y su aroma.

 

—S-su Alteza Imperial…

 

—¿Qué pasa?

 

—E-esto es un poco…

 

—¿A qué te refieres?

 

Él continuó guiándola con brillantez sin apartarse.

 

¿Por qué actúa así de pronto?

 

En su vida pasada, él casi nunca la guiaba de esa manera. Elise lo seguía como podía, confundida.

 

Mientras tanto, Linden la observaba con ojos dorados. Realmente estaba molesto.

 

No lo apruebo.

 

¿Por qué tenía esa expresión? ¿Por qué se veía tan amarga? ¿Qué pensaba mientras bailaba con él para mostrar un rostro así?

 

¿Le disgustaba tanto bailar con él? No lo apruebo.

 

Su irritación era evidente en su baile. Su gentileza dio paso a una guía ruda y poderosa.

 

Los espectadores soltaron exclamaciones de admiración.

 

—¡Oh, como era de esperarse de Su Alteza Imperial!

 

—¡Qué fuerza!

 

Había una fuerza dinámica y masculinidad emanando del paso del príncipe heredero. Todos los ojos se posaban en Elise, quien lo seguía sin dificultad.

 

—La joven también es increíble. Pensar que alguien puede seguir un baile tan difícil con tanta fluidez.

 

—Concuerdo. Realmente es hija de la Casa Clarence.

 

El príncipe también la miró, algo sorprendido. La pálida joven lo seguía sin mostrar señales de dificultad. Su seguimiento era tan natural que parecía que estaban en perfecta sincronía.

 

Era la primera vez que bailaba con una pareja que lo igualaba tan bien. Sentía que podría bailar una y otra vez si era con ella.

 

De todos modos, el baile terminó con la canción, y el príncipe heredero la soltó con algo de pesar.

 

—Bailó bien, Su Alteza —dijo Elise, ligeramente sonrojada.

 

Él la observó en silencio por un momento.

 

Realmente no la comprendía. Tenía la capacidad de ver a través de los planes de Fransoienne, un talento médico asombroso, y ahora estas habilidades de baile. Cuanto más conocía de ella, menos la entendía.

 

Fue mientras pensaba en eso que recordó lo pálida que se veía.

 

—¿Se siente mal?

 

Ella negó con la cabeza.

 

—Estoy bien, Su Alteza.

 

Pero se veía aún peor al moverla.

 

Ahora que lo pensaba…

 

Él se quitó el guante y tocó su frente.

 

—¡Oh cielos! —exclamaron los presentes ante el repentino contacto físico.

 

—¿S-Su Alteza? ¿Qué…?

 

Incluso Elise se quedó sin palabras.

 

Pero el príncipe no respondió. Su expresión se endureció.

 

¡Su temperatura…! Podía sentir la fiebre en su frente. Había llevado guantes durante el baile, y solo habían tenido contacto a través de la tela, así que no lo había notado antes.

 

—¿Desde hace cuánto está así?

 

—Desde… hace un rato.

 

El príncipe suspiró en silencio. Había notado que se veía pálida, pero no imaginó que estaba tan mal. Si lo hubiera sabido, no le habría pedido que bailara.

 

¡Se esfuerza tanto en el hospital, claro que se enfermaría…! Recordó haberla visitado como Ron para chequeos. Siempre trabajando duro con una avalancha de pacientes. Era suficiente para preocuparse si su frágil cuerpo podía soportarlo.

 

¡Claro que se enfermaría esforzándose así!

 

Contuvo la ira que comenzaba a hervir dentro de él y habló:

 

—Sígame.

 

—¿Perdón?

 

—¡Sígame!

 

⊱ ──────ஓ๑♡๑ஓ ────── ⊰

 

—S-Su Alteza, esto es… —preguntó Elise, desconcertada.

 

La había llevado al salón privado de la familia imperial. Ni siquiera la hija de la Casa Clarence tenía permitido entrar ahí. Solo era para los miembros de la familia Romanov.

 

Pero al príncipe no le importaban esas cosas.

 

—Siéntese.

 

—P-pero…

 

—No me gusta repetirme. Es una orden. Siéntese.

 

Elise no tuvo más opción que sentarse en el sofá.

 

Siendo sincera, le costaba mantenerse de pie con lo enferma que estaba.

 

Tan cómodo… El sofá era tan cómodo como una cama. El cuero suave y lujoso la envolvía. Quiero dormir… hasta la mañana o, al menos, hasta el discurso del emperador.

 

Como si le leyera la mente, él dijo:

 

—Está bien si desea dormir un poco.

 

Elise quedó sin palabras.

 

—Si otro miembro de la familia Romanov entra, dígales que vino conmigo.

 

El rostro de Elise se tornó extraño. Era algo que deseaba con desesperación, pero no comprendía el comportamiento de él ese día.

 

¿Por qué actuaba así?

 

—Su… Alteza, gracias por preocuparse —aún con expresión estoica, ella preguntó—: ¿Pero hay alguna razón especial por la que se está ocupando de mí?

 

Los labios del príncipe se torcieron.

 

—¿Qué significa eso?

 

—Bueno… —Elise dudó si decirlo, pero tragó las palabras—: Pero usted me odia, Su Alteza.

 

Sí, él la odiaba.

 

Lo había sentido hasta los huesos en su vida pasada, y ese hecho la torturaba. En ese entonces, no pudo soportar el dolor y eso la llevó al límite. Terminó en una tragedia.

 

Fue entonces cuando el príncipe habló:

 

—Porque me siento culpable.

 

—¿Perdón?

 

—Me siento culpable por haberle hecho bailar sin saber su condición, por eso la traje aquí. No hay ninguna otra razón, así que no debe preocuparse.

 

—Ah… ya veo —asintió ella.

 

Algo se sentía raro, pero decidió ignorarlo.

 

De todos modos, no había forma de que él sintiera algo por ella, y además, su cabeza dolía demasiado.

 

—¿Tiene hambre?

 

—U-un poco.

 

La fiebre había comenzado desde la mañana, y apenas había comido. No tenía apetito, pero sí algo de hambre. Una comida sería mucho, pero un postre dulce le vendría perfecto.

 

Fue entonces cuando él dijo:

 

—Haré que traigan pastel de fresa.

 

Los ojos de Elise se agrandaron. ¡Era justo lo que más se le antojaba en ese momento!

 

¡Podría comerse cinco rebanadas de pastel de fresa!

 

—¿No le gusta?

 

—¡No, me encanta!

 

—Bien. Lo mandaré a traer, así que coma y duerma un poco. Aún falta para el discurso.

 

Y entonces se giró como si fuera a regresar al banquete.

 

—¿Su Alteza?

 

—¿Qué pasa?

 

Elise bajó la cabeza y dijo:

 

—Gracias por cuidarme.

 

—No, esto no fue por usted, así que no hay necesidad de agradecerme.

 

Elise le sonrió.

 

—Aun así, estoy agradecida. Disfrute del banquete.

 

En ese momento, el príncipe se detuvo un instante, como si fuera a decir algo, pero cerró los labios.

 

Justo cuando el rostro de Elise mostraba confusión, él negó con la cabeza.

 

—No es nada. Recupérese pronto.

 

Luego desapareció, y ella ladeó la cabeza.

 

¿Le dijo que se recuperara?

 

En su vida pasada, había enfermado muchas veces siendo su esposa, pero él jamás le dijo algo así. Su personalidad no era de expresar buenos deseos ni preocupación. Realmente estaba extraño ese día.

 

Y pensó: Me pregunto quién será su prometida. Como iban a anunciarla, seguramente ya estaba decidida.

 

Ojalá sea feliz, sea quien sea.

 

Aunque su final fue trágico, habían sido marido y mujer por un tiempo, y fue un hombre al que ella amó con todo su ser. Deseaba que él también encontrara la felicidad en esta vida.

 

Poco después, un sirviente trajo algo en una bandeja. ¡Era el pastel de fresa que tanto amaba!

 

Vaya.

 

Elise olvidó por un instante que estaba enferma y tragó saliva.

 

Se parecía justo al pastel de fresa que vendían en su panadería favorita, Via Bakery, en la Calle Pike.

 

Después del primer bocado, sintió felicidad.

 

Delicioso. Igual que los de Via Bakery.

 

El palacio imperial era realmente impresionante.

 

El pastel tenía una dulzura profunda y lujosa como los de Via Bakery, la mejor panadería de todo Londo. No era solo parecido en calidad, era casi idéntico.

 

El sirviente sonrió y dijo:

 

—Está delicioso, ¿verdad?

 

—Sí, lo está.

 

—Verá, un nuevo pastelero vino al palacio recientemente a petición de alguien importante. Escuché que trabajaba en Via Bakery en la Calle Pike.

 

—Ah… —asintió ella.

 

Había notado el sabor familiar, ¡pero era porque lo preparó un pastelero de Via Bakery!

 

Entonces supongo que ya no podré comer el pastel de fresa de Via Bakery. Qué lástima. Supongo que solo quienes estén en el palacio podrán disfrutarlo. ¿Habrá alguien en la familia imperial o entre sus allegados que amaba los pasteles de esa panadería?

 

Supongo que ahora podrán disfrutarlos cuanto quieran.

 

Sentía envidia de esa persona misteriosa.

 


 

⋆˚ʚɞ Traducción / Corrección: Matrone Scan

 

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