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Capítulo 11
Karen Shanner.
Independientemente de sus gustos personales, era una mujer hermosa que cumplía todos los cánones de belleza establecidos por el mundo.
Aunque sólo fue un día, disfrutó mucho de su compañía. Era la primera vez que hablaba con alguien que no quería algo de él.
Pero eso fue todo. Un encuentro casual, una rara coincidencia, que nunca se repetiría.
Así que Arthurus no está enamorado de Karen, y no se enamoraría de ella en el futuro.
—Esa mujer…
Arthurus intentó disipar las fantasías que Louis tenía.
—¡Duque! ¡Duque!
Sin embargo, perdió la oportunidad de hacerlo por el comportamiento de un empleado subalterno que abrió la puerta y entró sin llamar.
—Qué ocurre.
Disimulando hábilmente su enfado, miró al empleado, que, respirando agitadamente por la carrera, le tendió el periódico del día.
Cuando Arthurus tomó el periódico, Lois también se acercó y leyó en voz alta la primera página del periódico.
—¿El duque Arthurus Kloen, a solas con Sierra Miller en el Hotel R…?
El rostro de Lois se quedó en blanco al leer el título.
En primer lugar, como amigo de Arthurus, estaba enfadado por el falso artículo, pero lo que más me impactó fue…
—Tú… estás enfadado.
Aunque no tenía expresión alguna en el rostro, Arthurus lucía más espeluznante.
* * *
No era habitual que el barón Theron llamara a un bailarín por separado antes de una actuación.
Aunque dirigía una empresa de arte y el Swan’s Ballet fuera parte de, la dirección real estaba a cargo del director Mark, la coreógrafa Everdeen y varias personas más.
La imagen de Karen siendo llamada por el Barón Theron después de los ensayos, en medio de una ajetreada actuación, despertó la curiosidad de varias personas.
—El ambiente parece inusual. ¿Qué está pasando?
—¿Cometió Karen algún error?
—Este chico. No hay forma de que alguien tan calmado cometa un error. En especial contra un aristócrata que ve de vez en cuando.
Se dice que cuando tres o más personas se reúnen, los chismes y rumores salen rápidamente a la luz, y este era el caso ahora. Varias preguntas y especulaciones empezaron a salir de las bocas de los miembros de la troupe*.
(Becky: *Grupo de artistas de teatro, danza, cine o de circo que trabajan juntos o de forma similar).
—¡Muy bien, todo el mundo tranquilo! Es fácil dejarse llevar por los nervios y arruinar el escenario en un instante. ¡No os metáis en asuntos ajenos y practicad al menos un movimiento más en vuestro tiempo libre!
El director ordenó a la troupe que guardara silencio, pero también estaba internamente preocupado y nervioso por Karen.
¿Por qué demonios el barón Theron se la había llevado? ¿Y en este momento tan ajetreado previo a la actuación?
Más pensamientos negativos que positivos aparecieron en su cabeza.
‘Hay muchos aristócratas que quieren llevarse a las bailarinas hermosas. Karen es una chica que rechaza incondicionalmente los patrocinios.’
Pero, ¿y si una persona poderosa que puede controlar y sacudir la compañía de ballet le tiende la mano?
Si el Barón Theron, el dueño de la compañía de ballet, quiere que Karen…
—Everdeen, por favor, cuida de los chicos por mí.
—¿Qué? ¡Adónde vas!
—Tengo que ausentarme un momento. Lo siento, ¡te lo explicaré más tarde!
—¡Eh, Mark!
En un momento tan importante, no sólo Etoile sino también el director general estaban ausentes. La coreógrafa Everdeen estaba ocupada dirigiendo a los miembros, al igual que el director Mark.
Había alguien que lo observaba todo desde lejos.
‘Como era de esperarse, no fue sólo una suposición mía.’
Alice se quedó mirando la salida por donde se fue el director Mark por un largo rato y luego dio sus pasos para maquillarse.
Aunque la estrella del escenario del día era Karen Shanner, Alice no pudo evitar sonreír genuinamente.
* * *
‘Está bien, Karen Shanner.’
No hay nada que temer. Era de esperarse de todos modos.
Karen, sentada frente al barón Theron, curvó los dedos y se pellizcó los muslos. El punzante dolor apenas alivió su tensión.
—¡Qué demonios!
Sin embargo, mientras el barón Theron seguía gritando, Karen sintió que todo su cuerpo volvía a ponerse rígido.
Pronto empezaría la presentación.
Su cuerpo no debería agarrotarse por la tensión…
—¡Qué le has hecho al Sr. Joseph Malone! ¿Qué has hecho para que el hombre que te habría dado estrellas incluso dormido se enfade tanto?
—El Sr. Malone… Intentó forzarme.
—¡Pero con esa intención…!
El barón Theron dejó de hablar y controló su respiración agitada. Tal vez estaba tratando de culparla por algo que había sido el propósito desde el principio.
Karen, que tenía la cabeza gacha, decidió armarse de valor. De otro modo, podría acabar siendo vendida a Joseph Malone.
—Por favor, invite al duque Arthurus a una presentación una vez más.
—¡Otra vez, otra vez, otra vez! ¿Por qué mencionas al duque Kloen? ¡Es un bastardo ignorante que no sabe nada de arte y sólo juega con trozos de chatarra!
—Si ve nuestra actuación sólo una vez más, cambiará de opinión.
En última instancia, era Arthurus Kloen, y no Joseph Malone, a quien Karen tenía que ganarse.
Si él se deja convencer, las finanzas de la compañía de ballet mejorarían, y…
—No sé por qué mencionas tanto al duque Arthurus Kloen. ¿También eres fan de ese hombre como las otras?
—Sólo lo mencioné porque es el mejor hombre de negocios y él más poderoso que conozco.
—Ya no será el duque Kloen. Ya no quiero inclinarme ante ese mocoso.
Por supuesto.
Sería mucho más fácil entregarle una bailarina impotente, que no tiene a dónde ir si la compañía de ballet desaparece, a un hombre poderoso que aferrarse a un duque improbable.
Para evitar que sus pesimistas y retorcidos pensamientos se reflejaran en su rostro, Karen se mordió la delicada carne del interior del labio hasta la sangre.
—Joseph Malone, volveré a concertar una cita con ese hombre, así que tendrás que portarte muy bien para este entonces.
—…
—Tú también… N-no. Señorita Shanner.
Dependiendo de su estado de ánimo, el barón Theron se refería a Karen como “tú”, y también como “señorita Shanner”. A veces también la llamaba “Karen”, de forma amistosa.
—No estoy haciendo esto sólo para salvar mi vida.
Parecía que ahora estaba tratando de darse golpes de pecho*.
(Becky: *hacerse la víctima).
—Cuando una compañía de ballet se derrumba, ¿no son las bailarinas las que más sufren?
—…
—Salvemos primero a la compañía de ballet. Joseph Malone no es un viejo con una gran barriga, así que no es malo, ¿verdad?
Los hombres suelen evaluar a los de su mismo género con relativa generosidad; usualmente sucede cuando intentan forzar a una mujer indefensa en una relación.
Sus acciones de obligar a una bailarina a venderse le remuerden un poco la conciencia, así que trata de desviar la culpa de esa manera.
Como si actuara de casamentero y no de proxeneta.
Es lo que hacen los hombres poderosos en todas partes.
—Yo pienso…
Los labios rojos de Karen se curvaron para decir algo.
Toc, toc, toc, toc, toc.
—…
Sin embargo, no tuve más remedio que guardar silencio al oír los golpes en la puerta cinco veces seguidas.
—Barón, soy yo.
La voz que se oía al otro lado de la puerta les resultaba familiar al barón Theron y a Karen, hasta el punto de que supieron de inmediato de quién se trataba.
—Entr…
La puerta se abrió antes de que el barón Theron pudiera terminar de decirle que entrara.
No sabía qué pasaba, pero la mirada de urgencia del director Mark se posó inmediatamente en Karen.
—… Director.
El director Mark estableció un breve contacto visual con Karen, pero volvió de inmediato la mirada y se dirigió al barón Theron.
—Le pido disculpas, barón. Tenemos que prepararnos para el escenario y usted ha estado reteniendo a nuestra protagonista durante mucho tiempo.
—Ejem..
El barón Theron, ofendido con el director Mark por ser acusado de causar problemas, se aclaró la garganta sin motivo. Sin embargo, el director Mark hizo una pregunta con el rostro serio, como si no se hubiera dado cuenta.
—¿Puedo llevarme a Karen conmigo?
Como si no hubiera sentido que estuviera a solas con el barón si no estaba ayudando a preparar la presentación.
—… Como sea.
El barón afirmó nervioso y el director Mark envió sus ojos a Karen. No podía perder la oportunidad de poner fin a esta incómoda conversación. Karen se puso inmediatamente en pie.
—De acuerdo, nos vemos después de la presentación.
El director Mark hizo una reverencia hasta el final. Aún así, el barón Theron parecía seguir de mal humor.
Mientras se alejaban a toda prisa, Karen se volvió hacia el director, que estaba a su lado.
—Lo siento, los preparativos se retrasaron mucho por mi culpa, ¿verdad?
—No, no. Todavía hay tiempo de sobra. Sólo… Temí que tuvieras problemas, así que mentí para sacarte de esa situación rápidamente.
A pesar de las palabras llenas de preocupación, Karen no dió respuesta. En lugar de contestar, se limitó a sonreír débilmente por costumbre.
—Karen, ¿qué te dijo el Barón?
—No hay nada que decir. Sólo me pidió que hoy hiciera mi mayor esfuerzo.
—¿Por qué te diría eso…?
¿Por qué sólo a ella?
Excluyendo al director de la compañía de ballet y a la coreógrafa, el barón sólo llamaba aparte a las bailarinas jóvenes y hermosas.
—De acuerdo, lo entiendo.
Sin embargo, el director Mark no pudo hacerle más preguntas. Sentía que estaba siendo innecesariamente persistente.
Karen y él eran colegas en la misma compañía de ballet, ni más ni menos. Puede ayudarla si estaba en apuros, pero no debe cruzar la línea cuando la otra persona no lo desea así.
—Voy a volver al camerino.
Tras bajar al fondo del escenario de la sala de conciertos, Karen se alejó de Mark sin el menor remordimiento. Con paso ligero… Los finos mechones de pelo de Karen se balanceaban mientras se los ataba.
Por alguna razón, Mark no podía apartar los ojos de ella.
Karen era especial. Era una genio dotada de talento y diligencia.
Era natural tratar de forma especial a las bailarinas especiales.
Se obligó a apartar la mirada de Karen y, al mismo tiempo, a ignorar los sentimientos que bullían en su interior.
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