Capítulo 4
Sin decir nada, sin hacer nada.
Pasó mucho tiempo, y la reina dejó escapar una risita nasal.
Lion escuchó con claridad ese leve sonido.
No sabía qué significaba.
¿Acaso se había descubierto que fingía estar dormido?
No tenía sentido, su actuación era impecable, ¿no?
La mano de Lion, del lado opuesto, se cerró lentamente en un puño.
Sabía muy bien lo que le había hecho a Roswither en aquel entonces, esa dragona debía odiarlo con todo su ser.
La razón por la que no lo mató mientras estaba inconsciente, era porque quería esperar a que despertara… para luego torturarlo lentamente.
Pero Lion no iba a dejar que se saliera con la suya.
Si su farsa se descubría, entonces lucharía con Roswither directamente.
Entonces, vio cómo Roswither se quitó los tacones.
Clink—
Los tacones cayeron al suelo con un sonido nítido.
Inmediatamente después, se escuchó el roce de la ropa sobre las sábanas.
Un sonido que hacía que el corazón picara de nervios.
Un segundo después, una fragancia ligera se acercó desde su lado, acariciando suavemente el rostro de Lion.
Ese aroma… le era muy familiar.
Fue el último que alcanzó a oler antes de desmayarse en la celda.
Aunque en ese momento el olor corporal de Roswither estaba cubierto por el del alcohol, Lion todavía podía distinguirlo débilmente.
¿Esta maldita dragona se acercaba tanto para qué?
¿Para matarlo sin hacer ruido?
Je, pequeña maldita dragona, bien planeado. Si hacía mucho ruido, corría el riesgo de que Moon escuchara.
Un niño pequeño podría sufrir un trauma psicológico si presenciaba algo tan sangriento.
Lion no se movió, decidió esperar para ver qué planeaba hacer esta dragona.
Vio cómo Roswither extendía lentamente el índice y el pulgar, acercándolos a su nariz y boca.
Y luego—
Le pellizcó suavemente la nariz.
—Oh, se me olvidaba la boca.
Mientras hablaba, la reina extendió la otra mano y cubrió la boca de Lion.
Sin embargo, no parecía tener intención de asfixiarlo hasta la muerte, él podía sentirlo claramente. Roswither estaba controlando su fuerza.
Solo quería hacerlo respirar con dificultad, nada más.
Si realmente quisiera matarlo, ya le habría apretado el cuello.
Al parecer, esto era una prueba para ver si Lion se había despertado.
Lion contuvo la respiración con todas sus fuerzas.
Solo tenía que superar esta prueba. En cuanto Roswither se fuera, él encontraría la manera de escapar.
Los segundos pasaban lentamente.
Roswither era paciente. Se quedó arrodillada junto a Lion, cubriéndole la nariz y la boca sin decir una palabra.
Y Lion también aguantaba. Su cara no se puso roja, ni su corazón se aceleró.
¡Vamos! Él era el cazador de dragones más fuerte del imperio. ¡Podía aguantar la respiración veinte minutos bajo el agua sin problema!
—Vaya~ qué resistencia tienes —dijo Roswither, divertida.
Lion se sintió algo orgulloso, pero al segundo siguiente, una sensación cálida y húmeda se deslizó por su oído.
Roswither se había inclinado hacia él y estaba soplando aire caliente en su oreja.
Ese aliento húmedo se metía por su oído y bajaba por su cuello hasta colarse en su ropa.
Una sensación suave y cosquilleante que ponía los nervios de punta.
Además, el aliento venía con el leve aroma fresco de la boca de Roswither.
¿De verdad estaba usando esto para ponerlo a prueba?
¿¡Quién demonios puede resistirse a una prueba así!?
Je.
¡Infantil dragona!
Pero eso no era todo.
Viendo que soplar no funcionaba, abrió ligeramente la boca y mordió suavemente el lóbulo de su oreja.
Un poco de dolor, pero sobre todo, una intensa sensación femenina.
Lion apretó el puño del otro lado.
Pero ya no era para prepararse a contraatacar.
Era para reprimir su impulso primitivo.
¿Una pequeña dragona pretende hacer caer a un cazador de dragones de élite del imperio con trucos así?
Je.
¡Infantil al cuadrado!
—Oye, deja de fingir, ya se puso de pie.
—¡Mentira! ¿Qué se puso de pie? ¡Yo no siento ni—
El ambiente se volvió incómodo de repente.
Roswither, aún arrodillada a un lado, entrecerró los ojos con una sonrisa:
—Mira, ya está de pie.
Un silencio sepulcral duró dos segundos. Lion se incorporó de un salto, puño en alto:
—Ya que me descubriste, no hay nada más que decir. Vamos, mátame si quieres, pero me voy a defender.
Roswither se acomodó el cabello, ignorando totalmente la amenaza:
—¿No tienes nada más que decir? Por ejemplo, ¿pedirme disculpas por lo que me hiciste hace dos años?
—… ¿Crees que lo hice porque quise? Humanos y dragones no pueden mezclarse, somos enemigos naturales. Si no fuera por esa situación, ¡ni muerto te habría tocado!
Al oírlo, Roswither arqueó una ceja:
—¿O sea que tocarme fue una tortura para ti?
—Obviamente.
—Je, Lion Casmod.
Los ojos de dragona de Roswither se tornaron fríos y agresivos. Esa era la señal de que iba a atacar.
Lion, aunque débil, se preparó para resistir hasta el final.
Pero justo cuando iba a moverse, la cola de Roswither se enroscó en su tobillo y con un tirón lo derribó en la cama.
Lion intentó levantarse, pero Roswither se puso de pie, alzó sus largas piernas y colocó con precisión un pie sobre su pecho.
—¿Qué… qué quieres hacer?
—Vengarme, Lion Casmod. Lo que me hiciste hace dos años, ahora te lo devolveré.
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