Todos odiamos a los villanos codiciosos, empeñados en sabotear. Aquí aparece Canaria Easter, la terrible villana secundaria de la novela romántica que estoy leyendo, quien engañó al príncipe en matrimonio a instancias de la malvada emperatriz. No derramé ni una lágrima cuando le cortaron la cabeza, ¡pero ahora soy Canaria! ¡Tengo que ser astuta y convencerlo de que se divorcie de mí! Aun así, entre el príncipe, la emperatriz, la heroína, el segundo príncipe, mi pésima salud... esta historia se está volviendo impredecible. ¿Sobreviviré después de todo?