Cheon Woojung, que buscaba un trabajo temporal de alto ingreso,
terminó trabajando como tripulante en un crucero y se topó con un pasajero...
“¿También hace interpretaciones?”
“Inglés… y un poco de filipino.”
“Entonces, ¿tienes pensado usar tu boquita para mí y cobrar por ello, Cheon Woojung?”
El hombre hizo una propuesta.
Yo necesitaba el dinero.
Y él, decía que necesitaba mi “boquita”.
Así que, toda la culpa fue mía por tomar sus palabras de forma literal.
“Ya basta, cierra la boca de arriba y abre la de abajo.”
“¿...Cómo dice?”
“Qué gracioso. ¿Pensaste que era algo grandioso lo que ibas a hacer?”
“Creo que hay un malentendido. Usted dijo claramente que era para interpretar…”
“¿Cuándo dije yo eso?”
“Sí lo dijo…”
“No tiene gracia si te haces el difícil, Cheon Woojung. Estás en una posición en la que deberías arrastrarte en cuatro patas y rogar que te consienta.”
Cuando recuperé la consciencia, el barco ya se había desviado en una dirección totalmente inesperada.
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