Ya sea belleza, estatus o un doctorado, Elliere lo tiene todo. Pero algo que le falta es suerte con los hombres, algo que descubre cuando su orgulloso prometido la deja por "ser una sabelotodo". Enfurecida, Elliere se dirige furiosa al bar y, borracha, despotrica sobre sus problemas a un misterioso desconocido, cuya belleza la inspira a pedirle matrimonio. Por desgracia para ella, el hombre no es otro que el implacable emperador Ropherce, ¡quien acepta su propuesta! La pobre Elliere presiente que necesitará algo más que coraje líquido para sobrevivir como la desafortunada nueva emperatriz del tirano...